A puertas de las fiestas de fin de año y como parte de su labor de prevención de lesiones por quemaduras, la Asociación de Ayuda al Niño Quemado (ANIQUEM) brinda a la comunidad cuatro importantes consejos que buscan generar cautela en los padres de familia, evitar incendios, explosiones o cualquier otro siniestro con fuego que ponga en peligro la integridad de los más pequeños de la casa.
Estas pautas también serán recordadas a través de sus redes sociales y se detallan así:
Los pirotécnicos no son un juego. Evite a toda costa manipular, jugar, desarmar o almacenar fuegos artificiales, cohetones, bengalas, bombardas, castillos, petardos, camaretas y cualquier otro producto que contenga pólvora. Estos materiales son altamente peligrosos, pues nada garantiza que van a funcionar correctamente o que se guardaron bajo las condiciones debidas. Su manipulación y falla pueden provocar desde quemaduras y traumas acústicos hasta la muerte.
Las luces navideñas que decoran sus hogares deben ser desconectadas antes de ir a dormir o salir de casa. Procure no dejarlas encendidas durante toda la noche para evitar sobrecargas eléctricas. De igual manera, coloque protectores en los enchufes para evitar que los más pequeños introduzcan sus deditos en ellos.
Es importante que las comidas y bebidas se sirvan tibias en la mesa. El chocolate de taza, el puré de manzana u otros platos no deben colocarse en la mesa hirviendo. Así, de ocurrir algún imprevisto o derrame de los mismos, se podrá evitar lesiones por quemaduras que puedan perjudicar a los niños.
Todas las velas (aromáticas, decorativas o de apagón) se tienen que apagar apenas sean innecesarias. Para evitar tragedias es importante que se coloquen en candelabros y lejos del alcance de los niños, evite ponerlas en botellas de plástico, muebles de madera o sobre adornos de Navidad que puedan ser inflamables.